EMBAJADORES DEL RELOJ: MARIA SHARAPOVA



Cuando Maria tenía 4 años, su compañero inseparable de juegos era una vieja raqueta de tenis Dunlop. A los 5 años, cuando su talento para el tenis era ya evidente, Martina Navratilova recomendó a su familia tras una sesión de entrenamiento que la matricularan en la academia de tenis de Nick Bollettieri, en Estados Unidos. El padre de Maria logró reunir el dinero necesario para que su joven hija pudiera formarse con un entrenador de la escuela de Bollettieri, en Florida. Con tan sólo 7 años, la imparable ascensión de Maria Sharapova al estrellato del tenis había comenzado.


“Irme a Estados Unidos no fue nada fácil para mí“, explica Sharapova. “Estuve dos años sin ver a mi madre y apenas vi a mi padre. Vivía yo sola en una habitación, y tuve que sacrificar un montón de cosas”. No obstante, a pesar de lo joven que era, Maria sabía que para ser una campeona se necesita mucho más que talento innato.

 A los 14 años, ya convertida en una campeona junior, Maria Sharapova dio el salto al circuito profesional. En 2002 entró en la clasificación de la WTA en el número 532, y tan solo dos años después ganó Wimbledon, convirtiéndose en la primera tenista rusa en hacerlo y la tercera más joven de la historia.A principios de 2005 María había alcanzado el número 1, convirtiéndose en la primera mujer rusa en lograrlo. En 2006 consiguió su segundo título de Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos. A pesar de sufrir una lesión crónica en el hombro que la afligió durante toda la temporada 2007, Sharapova logró recuperarse y en 2008 ganó su tercer título de Grand Slam, el Abierto de Australia.

No obstante, su lesión en el hombro, la obligó a abandonar las pistas durante casi un año entero. Aún así, está claro que Maria Sharapova no es del tipo de personas que permite que algo tan nimio como una operación quirúrgica se interponga entre ella y sus metas. Regresó a las pistas en 2009 ocupando el número 126 de la clasificación de la WTA, y desde entonces, ha trabajado duramente su ascensión hasta el número 12. “Mi ímpetu y determinación me vienen de mi sangre rusa”, admite Maria. “No me pasé seis horas diarias practicando bajo el sol de Florida cuando tenía nueve años para nada”.

Sharapova no sólo encarna los valores de pasión y rendimiento característicos de TAG Heuer, sino que además posee un glamour y una elegancia naturales, como refleja su elección de accesorios, con ejemplos como las gafas de sol TAG Heuer a cuyo diseño contribuyó, y su reloj Formula 1 Lady Cerámica. Con Maria Sharapova, al igual que con TAG Heuer, el estilo y la esencia están íntimamente relacionados.


Os dejamos con el último spot de TAG Heuer  que protagoniza Maria Sharapova con la nueva generación de relojes Formula 1 Yin- Yan para señora.


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